Ellos son Fher, Alex, Juan y Sergio, los cuatro componentes de Maná. Incorruptibles, en constante combate con las injusticias de la vida. Veinte años de carrera intachable avalan su carisma. Desde Fundación Selva Negra y ALAS ponen su granito de arena para crear un mundo mejor. Son rockeros comprometidos, de la vieja escuela. En estos momentos, sus vidas están envueltas en un tiovivo de emociones: van a iniciar en San Diego la mayor gira de su historia, la que les llevará a recorrer más de treinta países de todo el mundo. Y ellos, que viven cada concierto con una emoción adolescente, comparten este inicio de gira con quienes más quieren. Sus familias les acompañan en este arranque a lo grande. Tuvimos la fortuna de poder hablar con el batería, Alex, horas antes del primer concierto de esta gira histórica; también compartió con nosotros su tiempo Fher, que en los próximos meses va a ser padre por vez primera. Están exultantes, vibrantes, dispuestos a comerse el mundo con su música... Y aunque amar es combatir, ellos en casa no combaten. Que el amor les ha dado una estabilidad que les ayuda a crear temas mágicos que recorren, por sí mismos, el planeta.
—Fher, antes de cualquier cuestión, muchas felicidades por el Grammy al mejor álbum latino de rock.
Estamos muy contentos por este premio para Amar es combatir. Un Grammy es un reconocimiento muy importante.
—Sí, pero, sin embargo, habéis optado por no ir a recoger el galardón. ¿Qué os llevó a adoptar esta postura?
Lo que hemos hecho no es, ni mucho menos, una discriminación a los Grammy, ya que son uno de los premios más importantes de la industria discográfica. Nosotros respetamos a
—¿Cómo os sentís ahora, que está a punto de iniciarse la mayor gira de vuestra historia?
(Fher) La verdad es que muy ilusionados. Ya extrañábamos el escenario y la gente.
(Alex) Llevábamos tres años y medio esperando este momento. Hay mucha alegría, emoción y ciertos nervios. A nosotros nos gusta que todo salga perfecto y que en cada lugar consigamos el mejor sonido posible.
—¿En vuestro botiquín particular guardáis alguna medicina para curar los nervios? Me han hablado del Fherespecial, un cóctel de Fher para las giras…
(Alex ríe) No, para calmar los nervios, lo que realmente queremos es estar muy tranquilos. Media hora antes de salir al escenario a tocar ante el público, siempre nos gusta estar el grupo solo, cada quien ensayando con su instrumento, calentando la voz, o yo, en mi caso, calentando las manos… Antes de los conciertos, el ritual es darnos un abrazo y alentarnos. Nuestro objetivo es pasarlo muy bien y hacer que el público se lo pase bien. Si en un momento dado alguien pisa mal una nota, no pasa nada. Una vez en el escenario, hay que disfrutar...
—Sí, sí... Pero Fher..., ¿qué le pones a ese cóctel para compartir con los amigos?
Tequila mexicano, hielo, refresco de toronja, agua mineral, sal, limón... y el secreto, el que no digo, se basa en las cantidades (se ríe).
—¿Cuál ha sido para vosotros el verdadero combate: llegar a lo más alto, o mantenerse ahí durante veinte años?
Las dos cosas, porque mantenerse… Vienen nuevas tendencias musicales, comienzas a detectar nuevas modas, gustos que cambian… Es bien difícil permanecer. Pero creo que si algo ha ayudado a Maná es el hecho de habernos mantenido fieles a nosotros mismos. No nos hemos dejado influenciar por las modas. Maná, siempre lo digo, es una banda de modo y no de moda
De entrada, la producción más grande que hemos ofrecido en toda nuestra carrera. Como decimos nosotros, esta vez sí que nos volamos la barda. Llevamos siete trailers de equipos electrónicos, mucha imagen de vídeo, iluminación, efectos especiales, un sonido cuidadísimo, una puesta en escena de mucho rock & roll. Y esto con todo el cariño del mundo, porque para nosotros es muy importante satisfacer a los fans. Ellos han esperado con paciencia este momento, nosotros también, y les queremos dar lo más bonito, lo mejor de nosotros.
—En junio actuáis en España. Fher, ¿cómo os sentís al otro lado del océano?
Yo creo que la gente de allá extraña a Maná y Maná, a la gente. Es recíproco…Y las giras a España han sido siempre alucinantes.
—Desde hace diez años estáis al frente de Fundación Selva Negra… ¿Qué es para Fher el compromiso social?
Es muy importante que los artistas con poder de convocatoria pongamos nuestro granito de arena. Maná y Selva Negra están apostando por la educación ambiental con los niños, que son la base del cambio.
—Alex..., ¿cómo entrasteis en contacto con el fantástico proyecto de fundación ALAS?
ALAS nos buscó a nosotros, porque tenemos buena reputación como artistas latinos implicados en causas sociales y preocupados por el medio ambiente. Miguel Bosé, Shakira, Alejandro Sanz nos lo propusieron y nos pareció un proyecto muy padre. Por eso estamos poniendo nuestra aportación.
—Algo muy especial debéis de tener, Fher. ¿Cómo definirías en dos palabras a tus compañeros?
Alex, energía; Juan, silencio; Sergio, melancolía...
—¿Y tú?
Fher, pasión.
—Y en tu caso, Alex, ¿qué palabras te servirían para mostrarnos cómo son los integrantes de Maná?
Juan, un tímido de gran corazón; Sergio, apasionado de la guitarra y siempre noble; Fher, todo un bohemio, romántico, poeta, gran compositor, amigo fiel y, ahora, padrino de mi hija.
—Se te olvida uno, el baterista... ¿Cómo es Álex visto por Álex?
Te lo dejo en dos palabras: el animal. Eso resume mucho de cómo me veo.
—Fher, ¿qué se siente al saber que vas a ser padre por primera vez?
Mucha felicidad. Traer un niño al mundo es una sensación maravillosa, así es que estoy disfrutando del momento con mucha ilusión; pero, por ser algo tan grande y tan especial, quiero guardar todo esto para mí...
—Alex, con tanto tiempo fuera de casa, ¿te llevas a tus tres princesas a la gira?
Mi esposa y mis hijas están aquí, en San Diego. Para mí es muy importante tenerlas cerca y me hacía mucha ilusión que estuvieran conmigo al arranque de la gira.
—Tú y tu mujer tenéis una relación muy bonita desde hace años… ¿Cómo la convenciste de que tú eras el hombre de su vida?
Yo fue verla y enamorarme. Sí, amor a primera vista. Después de verla, busqué su casa, llamé a su puerta y le dije: «Mira, te vi tal día, en tal sitio, estabas vestida así y yo… Me encantaste y tengo muchas, muchas ganas de conocerte». Para ella fue algo muy extraño el hecho de que un hombre le saliera prácticamente de la nada y le tocara a su puerta para declararse así. Sí, fue algo muy bonito. Este fue el comienzo de una relación alucinante.
—A día de hoy…, ¿qué de nuevo te tatuarías?
Fíjate que ahorita, en un par de semanas, me voy a tatuar el nombre de mi tercera hija, de Antonella, en mi pecho. Ya me hacía falta. Ya tengo a las tres… Poco a poco voy llenando mi cuerpo de cosas con mucho significado, de todas las cosas que tienen valor en mi vida.
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